Sin lugar a dudas que el Tarot es una de las actividades que mas riesgos puede llegar a tener. Lamentablemente existen determinados peligros que un tarotista debe enfrentar al momento de ayudar a otra persona. Hay que entender que leer las cartas para desarrollar videncias, no significa adelantarse al futuro. Las tarotistas no ven imágenes que aun no pasaron, como sucede en las películas. Lo que se puede hacer es leer los designios de las cartas, las cuales marcan una tendencia o posible camino por el cual va a circular esa persona consultante.
Hay que entender que cuando una persona llega a consultar el Tarot, generalmente es porque tiene problemas, esta cargado de situaciones negativas que lo agobian y lo asfixian.
El tarotista corre el riesgo de que toda la negatividad con la que viene cargada esa persona, se traspase a su personalidad y repercuta en su vida; es
por ello que los tarotistas, es decir las personas que saben leer las cartas del Tarot, tienen que saber cuidarse mediante magia blanca (o negra, aunque muchas veces es peor el remedio que la enfermedad) para evitar contraer esas energías negativas.
Saber protegerse del mal de ojo es lo más básico, puesto que cuando se mira a los ojos a una persona que esta cargada con malas vibraciones en su ser, entonces se nos pasa y decimos que estamos “ojeados”, que nos “han hecho un trabajo”.
También, no hay que andar por la vida creyendo que por utilizar las cartas del Tarot, uno es un profeta, puesto que no es así. Nadie sabe con certeza que es lo que sucederá, porque el destino es algo que no podemos controlar, pero en la medida en que pensemos y analicemos todo nuestro entorno, historia de vida, pasado, presente y futuro, podremos saber aunque por mínimo sea, la tendencia que puede llegar a tomar el destino ante un hecho cualquiera.
